domingo, 28 de febrero de 2010

Extraña en lo mío

Esto es lo que sucede cuando aparecen bebés o niños en mi casa: mis hermanos sacan a relucir sus deseos de paternidad y se abalanzan sobre los pequeños dejándome de lado totalmente, siendo que todavía no tengo edad ni experiencia suficiente para congeniar con los retoños.
Paso totalmente a segundo plano, un plano en el que tengo que sentarme y sacar charla y esperar que me respondan.


Bueno, esta semana fue dura. Entendí que con N todo cambió, que simplemente fui una gran distracción mientras duré y que tengo que cambiar de ritmo, sacarme esta nube de mierda que oscurece todo lo bueno que se cruza.
Hice un listado de adolescentes, cinco personas a las que tengo que conocer más a fondo antes de interesarme en la seriedad, con el fín de seguir postergando el apegamiento a alguien y completar mi personalidad "cubito".

Suena el teléfono, llega alguien más. Están festejando el cumpleaños de una de mis cuñadas en casa y por eso es que me convertí en una extraña entre mis habitaciones y mi familia, esto de tener que demostrar cierta adultez no me gusta, es una edad de mierda en la que todavía pretendo ser la niña pero cuando me tratan como tal me quejo. No descubrí América, simplemente admití la problemática adolescente de la que tanto intento escapar. Pero no se cómo, si hasta me molesta no ser la nena a la que le festejan todo...

Como decía, esta semana fue muy movida, el martes me fui a capital, tuve otorrino... y casi me desmayo cuando intentaron hacerme un estudio que no pudo concretarse por mi baja presión; dormí en lo de mi hermano mayor (aunque decir "dormir" suena muy impersonal ya que compartí muchas cosas, como su fotografía y mi decaimiento post doc) y el miércoles tuve fonoaudióloga. Qué mina copada, no la conocía y buena una pegada elegir esa. de tantas en la cartilla de la obra social.
El jueves por fín a la psicóloga, decidimos que no voy a prestar más mi cuarto y que esa necesidad de ceder radica en el miedo a perderlo todo, a que no vuelvan, a ser culpable de- cuando en realidad es mi lugar, en mi casa, en sus vidas, incluso mi lugar en mi propia existencia.
Ese mismo día arranqué para Capital de vuelta y me junté con mis primos, fuimos a un boliche de hip hop ( wtf? ) en el que me cagué de risa y dormí en su depto...
El viernes me levanté y como no pude despertarlos bajé y me abrió el portero... tenía que llegar temprano al trabajo de mi hermano para buscar las impresiones de los textos de taller y encima recibí la genial noticia de que A, mi amiga gran, podía salir por allá y me esperaba al encuentro cuando anduviera por microcentro (donde trabaja mi hermano).
Allá, entonces, me encontré con mi hermano y tuve en mis manos el cuento perfecto, después me reuní con A y nos fuimos para el depto de mi hermano (que dicho sea de paso, estaba de vacaciones así que gozamos de la soledad en compañía)... después taller... me olvidé de manotear la Guía T y tuvimos que correr para llegar a algún puesto de revistas antes de que los cierren porque el horario era crítico...
Ya en taller me desayuné (o cené) con las ausencias de un par y cuando salí mi amiga me informó el plan y me dijo que teníamos que tomarnos el 24... "no sé por dónde nos deja pero está en el cuadradito de la guía T".
Carajo, el 24 no nos dejaba ni cerca, ni ida ni vuelta, a) se fijó mal, b) está mal anunciado. Terminamos bajándonos en Corrientes cerca de la 9 de julio, llamando a mi primo (que es una especie de Guía T humana) a ver cuál nos dejaba en nuestro destino y, cuando vimos la hora, nos tomamos un taxi y llegamos de vuelta al depto. Nos emperifollamos y nos pasaron a buscar M, B y K, amigos (primero míos, después de ella) de amigos de unas vacaciones ya muy lejanas a los que no veíamos hace un año y con los que compartimos las mejores vacaciones en Villa Gesell.
Muy buena noche, terminamos tomando algo en un bar y arreglando futuras salidas para no colgar y la noche finalizó con A y conmigo comiendo cereales en lo de mi hermano con A...

Ayer sábado nos levantamos tranquilas, esperamos el colectivo media hora hasta que nos dimos cuenta que estábamos aguardando por el 15 equivocado... llegamos a Plaza Italia ("calzada circular").
Ya en mis pagos, después de una hora de viaje con mi amiga a upa (y sin un "gracias" de parte del padre al que le cedimos uno de nuestros asientos...), preparé los brownies para la noche de pelis con los de taller y recibí la visita de mi hermano mayor, inesperada y sin motivo aparente.
A la noche me junté con los de taller literario (algunos de ellos) y charlando sobre mi vida entendieron que les dije viejos, aunqueno es así: mi vieja, que tuvo un hijo a los 20/21 (?) dice que yo soy su hija de la vejez porque me tuvo a los 38, pero era en comparación. No obstante, no hubo lugar a réplicas y supongo que siguen con ese mal concepto.
Vimos Sylvia, la película sobre la vida de Sylvia Plath, poetisa norteamericana cuyos poemas ya empecé a buscar, en inglés la mayoría (un trabajito mental extra) y son totalmente recomendables, sobre todo si tienen la suerte de encontrar la película en la maraña de pornos que aparecen en el Emule (o Amule) cuando ponés el nombre...
A la noche mi viejo me retó simplemente porque no supo cómo expresar que tenía miedo y estaba arrepentido de haberme dejado viendo una peli en un depto con desconocidos mayores a msi hermanos... creo que hay modos y modos y esa no fue su mejor manera de expresar el descontento... no se puso en mi lugar y con esas formas no amerita que yo me ponga en el suyo.


Por lo pronto, tuve que dejar la computadora durante todo el día, lo que escribí lo hice cerca del medio día y ahora, siendo casi las doce estoy con mi amiga que vino a dormir, tomando unos mates y charlando sobre las idas y vueltas de su sábado a la noche...
Se me pasó casi toda la "furia" que tenía y me voy a la plaza a tomar un poco de aire...

(Para recordar: la historia de la valla en mi puerta, los histeriqueos de mis ex compañeros y las salidas, mi salida del jueves al club de hip hop, mis soluciones respecto a mi vida amorosa-sentimental, etc.)




No hay que prometer, hay que let it be. Y esa es la nueva adaptación de la filosofía que tantas miradas pobres me trajo y que tan buen porvenir parece traer.

1 comentario:

  1. No hay que prometer, hay que let it be y hacer. Menos ruido y más nueces? En fin, voy a tener en cuenta a Sylvia Plath, leíste al final a Budassi? Take care, bar. Besos

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