miércoles, 1 de abril de 2015

Otra vez me encuentro atravesando duelos múltiples y entendiendo que, lejos de ser la trillada profesia auto cumplida es casi kármico. Pero ahora, después de mucho, estoy bien, mirada al frente y con ganas de descargar los enojos y los ascos adquiridos el último año.
Siempre pensé que una se enferma cuando hay alguien dispuesto a cuidar. Me paso una vez de ir a un país q dista mucho de ser mío, enfermarme y confiar en manos amigas, y supongo que a partir de ahí me despreocupé y entregué más confianza de la q debería. 
En un momento creí que tenía todo y me olvide q la gente suele ser bastante cruel y no soportar eso. Aprendí a sentirme completa todo el tiempo, aprendí a no darle la llave de mi casa a ningun(a) vividor, aprendí use la confianza se gana y q cuando la gente te naturaliza se piensa q puede juzgarte. Aprendí a juzgarme menos a mí, a preocuparme menos x los demás, aprendí a enojarme y canalizar aquello q antes hería adentro. Aprendí a perdonarme cuando una persona me desagrada. Regresé a lugares q intentaron sacarme, regresé a mi luz. No hay cosas q me aferren, de todo lo q me aferro me estoy desprendiendo y este año, luminoso como pocos, planeo volar alto.
Perdono, trato de perdonar los juicios y las heridas y las ignoradas y los desamores y las faltas de respeto y la falta de memoria. Si los demás agradecen poco, esa no es mi elección. Si algo aprendí con mis pocos años de vida es que todo siempre es para mejor y aunque duela avivarse de los errores, no x nada alguien inventó al fénix. 

A mi no me pasa x arriba nadie. Y q cada uno tenga en su conciencia lo q pueda soportar! 

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