lunes, 9 de abril de 2012

MK 2012

Puse, específicamente para escribir esto, una canción de Regina Spektor. Youtube me salva las papas del fuego cuando necesito situarme en este espacio. Es un lugar mental, un cajón en mi cabeza que dice tu nombre y tiene esta canción. No, la letra no habla de nosotros pero la música, la melodía, me remonta a esa noche de fragilidad en tu casa en la que me mostraste un poco más de vos. En la noche en que terminé de permitir mentirme. Si es que alguna vez se empieza, ese día empezamos y si es que los comienzos tienen otro final que morir, ese día nacimos. O empezamos a vivir en una continuidad que no existe, como nosotros. No existimos. Formamos parte de un momento, fuimos un invierno que se prolongó -¿cuánto? esperá que saco la cuenta, no puede ser tan denso, tan frío, tan gélido- ocho o nueve meses.
Hace ocho o nueve meses que te convierto en duelo día a día, que te pienso intentando no sentirme alienada. Hace menos meses que intento no quererte, que intento no amarte, no necesariamente el amor es de pareja, el amor está en todo. Eso es lo que no entendés, no dejás de ser normal. Y por eso te detesto. Pero por eso me encantás. Porque tu condición plana, mundana y básica me enciende. Es un calor febril y viciado.

Imaginate que te digo todo esto, imaginate que, por una vez, me sale DECIR lo que pienso y no una construcción elaborada, imaginate que estoy siendo espontánea, imaginate que me conocés, que sabés lo que voy a decir, que sabés lo que siento. Sabés lo que siento, sabés lo que pienso, imaginate que me querés, dejame ir. Martín, dejame ir.
Y la cantante grita y yo empiezo a pensarte gritando. Te pegaría, te empujaría entre lágrimas y mi pelo enredado. Te pegaría mientras te grito que me hacés mal, que necesito libertad, te pegaría para que de repente me quieras y me abraces. Te pegaría para que al leer esto lo hagas con el sonido de mi voz y la notes quebrada.
SucedeQue necesito seguir creyéndome con alas, que necesito sacarme esa idea de que vos sos otro muñequito al que puedo controlar como al resto de mi universo. No, no te enamoré, no te interesé, no te atrapé. Entonces dejame ir. Entonces devolveme mi paz. Quedate con tu perversión y permitime alejarme ahora y no después.
Estuvimos dos semanas casi incomunicados y fui feliz. -Y me juré que cuando aparecieras te iba a ignorar, te iba a decir que no, rotundamente; un no rotundo, asqueroso. Un no famélico de tus abrazos. No obstante, un no.
No.
¿Qué te dije? que no, un rato. Que no por un rato, que no pero que te veo mañana, que no pero que tengo que hablar. Que no, pero tomá: te doy lo que queda de mí. En esto. Acá te lo doy y te digo que te quedaste con parte del resto.

Siempre que está por terminar la canción la vuelvo a poner, no quiero que termine, no quiero que este impulso se vaya, no quiero que se desvanezca. Acabo de encontrarme y no quiero perderme.Estoy tipeando a más no poder. Escribiendo en teclado algo que quiero entregarte de puño y letra. Algo que quiero gritarte. Me detesto por dedicarte tanto tiempo. Está mal, muy mal. No sos, no soy, no somos. No somos y por lo tanto mi tiempo no puede ser tuyo, no puede ser para algo que no es, a pesar de desconfiar de su existencia. "Existen la ansiedad y la indiferencia". No quiero darte mi indiferencia y que me la devuelvas ansiedad.
Dejame vivir, dejame en paz, manejá vos tus tiempos, tus miedos, no me los pegues. Yo sí creo que puedo querer y ser querida sin tanto impedimento, sin tanta melancolía. No soy un tango, menos un tango disfrazado de cumbia. Mi vida no quiere contagiarse de la tuya y yo estoy harta de desdoblarme para comprender.

Y mientras te escribo tomo agua. Caliente, casi hirviendo. Quiero sacarme todo. Quiero paz. Quiero paz! Martín, te quiero! te pensé tantas veces, me engañé tantas veces, jamás quise convertirme en Susanita con vos, simplemente quise dejarme querer, quise querer a alguien desinteresadamente, quise mimarte, quise cuidarte. Mi mente quiso mostrarte que todavía se puede estar tranquilo sin joder a nadie y terminó sufriendo. No pude obligarte a vivir sin ensuciarlo todo.

Creo haber pasado por acá, por este estado de supremacía inteligente. Cada vez estoy mejor, mucho mejor. No te extrañé. Logré no extrañarte gracias al asco. Te pensaba e instintivamente recordaba el asco que me da el abandono.

Te entrego, en esta carta, lo poco que me queda para darte, lo poco que quiero darte, que es como un comprimido de mi cariño, pero no más. Se me estruja la panza pensando que los jueves tal vez te cruce. Se me estruja la panza pensándote con otra persona. Se me estruja la panza pensándome llorando. Más que nada eso, se me estruja la panza y por eso necesito terminar el invierno pasado escuchando a esta mina de tetas grandes y rulitos brillantes. No claudico. No lo hice por vos cuando pensé que vos eras lo positivo, mucho menos lo voy a hacer sabiendo que me dejaste solo ansias de superarme. Porque ante todo tengo que reconocer que aprendí muchísimo.
Aprendí lo lindo que es hacer mis cosas, dormir en la casa que quiera, el juego de la intimidad, a resguardar mi vida de los demás. La desesperanza que adquirí con vos hizo que mi viaje me dotara nuevamente de esa energía tan propia mia. Volví a creer que puedo no conformarme y estar bien, que alguien puede volverse loco con mi mirada y que esas cosas mágicas del destino no están acá solo para hacerme sufrir. Volví a creer en las personas y comprendí que en este momento, para ser lineales y situarnos (cosa que no puedo dejar de hacer), no. No somos pero tampoco seremos.
Basándome en mis experiencias con toda la gente que conozco infiero que el tiempo no puede ser lo mismo siempre. Es lo más Cuando pasa agitando todo un año se convierte en "añar" y eso seria nuestro momento si fuera tan largo.
Sí, yo me enamoré y vos no. Dejame
ir.

Ya te extraño. Horrores. Bar(Transcripción literal del borrador, por fortuna la carta que le entregué estaba más clara y tenía un par de agujas más, para que la perforación cerebral no se le pase sin pena)

viernes, 6 de abril de 2012

jueves, 5 de abril de 2012

¿Por qué arranqué no estudiando periodismo?
Por construcciones como:
"El viento tiró árboles, techos y paredes... ni siquiera respetó a esta (mostrando la imagen) iglesia evangélica"... es que no era en Buenos Aires, donde atiende Dios.

miércoles, 4 de abril de 2012

Reniego de las ataduras que me impongo en nombre de la
Sociedad de la que intento renegar. Pero estoy en el gimnasio. Occidente 1, Barbi 0.

Comprenda usted, señora vida

Ebullición mental en la que tengo ganas de crear: las ganas me consumen, los pensamientos se amontonan y las manos no llegan a obedecerme.No acatan, el tiempo me corre, las ganas se pierden, la sociedad te consume. La computadora te puede, el ocio se convierte en agonía y el tiempo, entonces, me corre. Se pierde, me pierde.

Transito ese momento de mi año en el que recupero amistades, en el que tomo mucho mate, conozco gente y me pongo a dieta. Me pongo a dieta como si sirviera de algo y como si modificar mi cuerpo pudiera modificar mi condición de ser humano. De ser humano, de individuo, de una más, de minúscula. Mi condición humana de mujer, mujer contra varón, mujer como varón, lo mismo, iguales. Lo mismo da, minúscula, siendo mujer o siendo varón. Entonces me quiero cambiar, quiero jugar conmigo, conocerme y manejarme hasta el punto de sentir que tengo control sobre algo cuando en realidad soy nada. Eso apabulla. Sentirse real es sentir ese segundo de primer dolor después de un golpe. Cuando el meñique acaba de golpear la pata de la silla y contás lo incontable -porque es tiempo- para que llegue el dolor, con todo. Ese primer grito de auxilio es sentirse real. Así me siento cuando me pienso infinita. Por lo pequeña.
Porque si mi especie puede pensarse a sí misma y es la única en este momento, estoy cansada. Harta de malgastar mi pensamiento. Quiero mirarme al espejo y que mi especie se vea en su totalidad, sin cuestionamientos banales, sin preocupaciones mundanas. Quiero reconocerme como una mínima expresión de vida, de este proceso evolutivo que a veces -como mujer y, por lo tanto, humana- pienso exclusivo del hombre.
Entonces, entonces. Entonces -una vez más- me remito a la vida cotidiana, a convertir lo cotidiando en real, en la medida justa, a recuperar una vida convencional y llevadera. A divertirme y, principal y ultimamente, a divertirme. Porque si voy a vivir con la lucidez de saberme nada, o todo (que es lo mismo), al menos quiero reir.
Comprenda usted, señora vida, que hoy arranca otro año y quiero que me acompañe.

Archivo del blog