jueves, 30 de agosto de 2012

Otra vez sopa


No sé si es la mirada corrompida de las personas o qué, pero lo impuro es lo más natural y los tantos quedaron tan invertidos que casi llego a naturalizarlos. Por eso necesito escribirlos. La realidad está bastante turbia últimamente: jueves de reincidencias preocupantes e irresponsables, mi cuerpo agitado y mi mente alborotada. No es felicidad, no es tristeza, es -nuevamente- esa sensación de asco. Mi cuerpo me repele y no tengo escapatoria. Mi mente me abruma y redundo en eso; estoy nerviosa y arrepentida. Sobre todo eso, si no estuviera arrepentida no estaría asqueda. Pero dicen los que saben que el arrepentimiento está mal. Nuevamente: qué está mal y qué está bien no sé... cuando creo haber encontrado algo positivo termino llorando (comiendo rockelts sola, un domingo y en mi departamento)como la nena de diez años que ya no soy. Llorando mi perdurabilidad. El viernes, todavía en un estado de estupor (en su significado médico) y sin recapacitar sobre mis macanas de la noche anterior, formé parte de un festejo ajeno. Contexto- casa full house de una compa facultativa. Fui con la rasta y el marido (23 y 49 años respectivamente) y allá me encontré con otras dos pitufas muy copadas que no pudieron contener la emoción de ver gente como ellas, así como yo no pude evitar emocionarme ante la alegría ajena. Quid - nos miraban con asco. O miedo, o impresión, o curiosidad. /Como si/ fuésemos una manga de raros: una rasta con marido grande y vestida de colores, una muy canchera con vestido, pantalón y zapatillas (prohibido, se ve), otra con rulitos sueltos muy copada con un aire de total elegancia intelectual y yo. Llevamos vinos y no me extrañó que ell@s no tomaran algo que no fuera vodka con jugo o fernet mentolado. Pero ojo, no quiero dármelas de sabionda, hay algo que desconocía cuando arranqué y es que iba a terminar en el silloncito de mi casa bastante fisura, no iba a poder levantarme para ir a cursar y que mis viejos iban a caer con la mejor comida para el bajón: facturas con crema pastelera y dulce de leche. Dormí mi noche del sábado y el domingo me encontró la sensatez que venía esquivando desde el jueves. Terminé yendo a lo de mi amiga a que me rescate la mente un rato. Mi coherencia es provisoria, son raptos. Momentos. El lunes fue fatal, no merece párrafo aparte, cursé y estuvo bueno pero ni siquiera pude ponerme en piloto automático. Mi martes estuvo mejor, seguí mi impulso y fui al centro a buscar ese libro que compré por mercadolibre el mes pasado pero que por h (cuando llueve el puesto no abre) o por b (clases que se me fueron sumando) no había retirado. Hoy cursé, comí cosas ricas, fui a andar en bici en un lugar cerrado -lleno de gente bien vestida y, ahora que recuerdo, acá se quedó mi mente hoy- y luego dí clases. Retomo. Retomo: vuelvo a eso de gente bien vestida en el gimnasio. Pagué pase libre en uno nuevo (para mi) que es bastante top y me parece que no encajo. Suelo llevarme apuntes o libros y leer mientras pedaleo. Los profesores me ignoran porque voy de joggin y con remeras grandes y no con un atuendo lulifernandezco y hoy me sentí mal. Hoy fue la cereza de mi postre, el profesor pasó a ver cómo estaba cada persona y me ignoró. Eso es todo por ahora.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Una amiga y yo concluimos lo siguiente: estudiando Letras no se vacaciona, se meten finales. No se curte, se cursa. Cambiaos todos a mi carrera a ver si mal de muchos nos consuela, tontos.
(O, en letra chica, a ver si estando todos en la misma curtimos un poco más)

domingo, 19 de agosto de 2012

"...la intimidad tiende a engendrar silencio..." En Londres, Virginia Woolf, 1931.-

miércoles, 15 de agosto de 2012

MI Peste de humedad


Llueve. El mundo se paralizó cuando cayó la primer-a gota, un poco de agua. En realidad cuando el Sol dejó de verse, porque las nubes lo cercaron, mis sentidos se inquietaron. Dejé de escuchar mi risa, el chocolate se volvió demasiado dulce y mis párpados me empezaron a pesar. El mundo se paraliza cuando llueve. Mi mundo se frena, la comida me tapa, las costumbres me horrorizan, la lectura me adormece, todos los males se agrandan para mí cuando llueve. Truena y estoy sola, truena, me da miedo y no hay nadie que me abrace acá. Al menos no de carne y hueso; la brecha entre mi soledad real y mi sensación de soledad se agranda: mientras más sola estoy, menos sola me siento... cantidad de párrafos, cantidad de letras, nadie que lee se duerme solo. Pero algunas veces por mes me gustaría que mis cuatro paredes no me contuvieran solo a mi y hoy es una de ellas. Y converso, mientras tanto, con esa gente que formó parte activa de mi vida en algún momento, intando pasar la hora (ahora & antes) y me pregunto qué juego linguistico se encierra en las palabras para designar las cosas; qué palabras construyen murallas y cuáles las derrumban. Pienso sobre la eternidad de esas palabras. Esas palabras me caen como las gotas ahora, como tortura china. Me golpean, tengo el pelo mojado, los ojos irritados de tanta lluvia y la sonrisa un poco ahogada; mi mente atolondrada una vez más. Pero me gusta. Es el andar: la incomprensión es tan maravillosa como la comprensión. A veces prefiero un poco de misterio y otras quiero entregarme a la ilusión. Hoy, pasada por agua, estoy temerosa en el misterio deseando que todo pase rápido para ver un mañana que no estoy formando. Mientras tanto, estoy viendo qué palabras me provoca decir el agua cayendo y un departamento interno.

sábado, 11 de agosto de 2012


(Parte de "Necesito" de Sui, pero no querìa poner comillas, sentí que le sacaba sentimiento al asunto) Necesito alguien - que me quiera cuando estoy cuando me voy, cuando me fui y que sepa servir el té, besarme después y echar a reir (...)

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