lunes, 24 de octubre de 2016

Mi vecino y el porno II

Lo que me motiva a escribir hoy es un nuevo episodio en la pelea con mi vecino por el volumen en el que escucha porno toda la noche.

Desde que escribí la entrada anterior pasó más de un mes. De las cuatro semanas, los ruidos fueron intermitentes, promedio de cuatro veces por semana de dormir mal por escuchar (proveniente del departamento de abajo) partidos de fútbol, noticieros y, especialmente en el transcurso de la madrugada, porno.
Hace ya una semana me desperté tipo dos por el ruido de su televisor, le pedí por SMS (me bloqueó en Whatsapp) que bajara y me dijo que él trabaja más que yo y que nunca tuvo problemas con nadie, que por lo que a él respecta yo me tengo que poner algodón en las orejas. Mi respuesta fue que no importa quién trabaja más ya que lo que le estoy pidiendo es que baje el volumen a esa hora para poder dormir. Cedió un poco.
Al día siguiente, si no me equivoco el lunes pasado, me fui a dormir después de las doce porque llegué de cursar tarde (y encima cené) pero ya a la una y pico me desperté por el porno. ¿Cómo, otra vez? sí, otra vez me desperté con gemidos provenientes de su televisor.
Le escribí unos mensajitos pidiéndole que bajara el volumen, que se escuchaba todo. No solo esta vez no me respondió sino que automáticamente duplicó el volumen. Buen vecino, pensé. Le avisé al portero (le chupó un huevo, no hizo nada, me clavó visto pero no bajó como me prometía siempre que haría), llamé a la policía, me puse los auriculares (juro que se escuchaba igual. Me dormí al rato con un mix de música de meditación y grititos). Escuché todo.

La medida de llamar a la policía fue instalada en mí por la gente de la administración de consorcio, que cada vez que pedí ayuda me dijeron que solo me ampara la ley de no se qué y que llame a la policía. Rústicos, porque tienen la obligación de ayudar en un caso así (familiar abogado).

A las cuatro me volví a despertar a las puteadas y a las siete y media, cuando me levanté para ir a trabajar, el porno seguía.
El martes, un día después, fue la primera vez que llamé a mi mamá llorando a la madrugada, desesperada. Unos días antes ella no me creía que era tan pesado y tan maleducado e incluso me llegó a decir que yo tengo el oído muy fino. Es cierto, a veces siento que escucho todo, pero de ahí a que esté exagerando con esto del porno hay un océano de distancia :).
Esa noche en cuestión no era porno, era el noticiero. El conductor del noticiero de la madrugada bien metido en mi habitación, como si estuviera parado al lado de mi cama. Otra vez le escribí, por tercer día consecutivo y recibí puteadas, mucha bronca. Mi vieja me dijo que llame a administración y yo ya había llamado y enviado un mail; me dijo que hable con el encargado y ya había hablado; me dijo que llame a la policía, y ya había llamado. Se quedó helada porque yo había estado "ocupándome" sola.
Le conté lo de las puteadas, le conté que la gente del edificio no me da pelota y se desesperó. Se dio vuelta el panorama, que no salgas sola de tu casa (?) y que no abras nunca más la puerta. 
Esa misma noche le insistí y le pedí al portero que baje. Lo único que logramos es que a él también lo cague a puteadas el tipo del 3C, por pasarme su teléfono.  Básicamentelo apretó.

"Quién mierda te pensas que sos, quién mierda te pasó mi teléfono? si no podés dormir no es mi problema, a mi no me jodas más" fue el mensaje que le reenvié al encargado para que vea que realmente necesitaba ayuda. Con ese mensaje logré que el tipo baje y con ese mismo mensaje logró mi vieja que administración hable por fin con la propietaria del departamento donde vive el señor. Logró, también, que la inmobiliaria que me alquila el depto. a mí también esté al tanto y a mi disposición.
Con ese mensajito logré excusarme de abrirle la puerta al violento que casi me baja la puerta a golpes la mañana siguiente. Es un vecino violento, el encargado quedó asustado y no me saluda ahora, pero por lo menos los últimos días antes del fin de semana no sufrí los ruidos.

La gente del trabajo me dice que la haga fácil y me mude, como si fuera sencillo cambiar de casa, con el ingreso a otro departamento... peor peor, como si fuera normal que el tipo sea agresivo y la única solución a esta situación de mierda sea que yo renuncie a todo. Que yo acepte la indiferencia de la Administración, del encargado, del vecino, del resto de los vecinos, y me vaya.
Es un tema muy presente la violencia de género, no porque sea una moda, sino porque realmente nos estamos cansando de que nos traten mal, especialmente cuando es por ser mujeres. Y porque seguimos reproduciendo la ideología de mierda con pequeñas actitudes diarias, como decirme que mejor llame a la policía y que ellos no pueden hacer nada, cuando todos a quienes solicité ayudan tienen el poder (legal) de hablar con los dueños de los departamentos. O decirme que abandone y me mude, porque mirá si el tipo va a parar, lo que puede pasar es que aparezcas muerta. Otro Mangieri, me dicen.
Tuve que meter a mi vieja para que luego de dos meses sienta que estoy acompañada en esto, que en sí no es grave, porque nada más le pido que baje el volumen pasadas las 12 y días de semana (el fin de semana claramente me fumo los ruidos.); tuve que meter a mi mamá en esto para blanquear el miedo que me produce que el tipo pueda controlar mis movimientos y agarrarme alguna noche que llego de la facultad, vulnerable y agotada. (Al encargado le dijo que mejor no me quiere ni ver, porque no sabe lo que haría.)

Un plus a todo esto es que le pedí por favor a una amiga que se quedara a dormir a mi casa la noche siguiente a la de las puteadas, pero no quiso porque le dolía la garganta (y seguro se trataba de una faringitis asesina). Le conté todo llorando y le pedí si podía acompañarme esa noche sola, que no me iba a ir a ningún lado porque no podía pero que me ayudaba mucho si me hacía compañía. Resulta que ella tenía faringitis (sin medicar porque el médico dice que no es para tanto pero me duele). Calculo que se enfermó de forma selectiva porque anduvo lo más bien por la vida haciendo otras cosas. No es de rencorosa, es que realmente si pedimos ayuda estamos haciendo eso, pidiendo ayuda. Entiendo al comodidad de los lugares de comodidad, pero por favor!
Por suerte un amigo se quedó conmigo y gracias a un vino compartido escuché bastante poco, pero me da bastante intriga saber cómo va a ser la noche de hoy, ya que desde el viernes que no descanso en casa. 

sábado, 15 de octubre de 2016

Happn 3 - Barbie 0

Hay una razón por la que no escribí en toda la semana y es que el asesinato de Lucía, la chica de MDQ que apareció empalada y violada, me impactó hasta el silencio.
No voy a pronunciarme al respecto de ese caso en particular ya que para decir algo en concreto todavía necesito procesar el encuentro nacional de mujeres en Rosario, necesito procesar los muchísimos femicidios y necesito procesar la empatía y el miedo que me genera.
En esta entrada voy a contar otra situación bizarra como siempre, no sin mencionar lo agradecida que estoy de seguir viva, lo agradecida que estoy de haber sobrevivido a muchas cosas porque yo, como tantas otras pendejas, fui a comprar porro, yo me subí a autos que no debía, yo hablé (hablo y hablaré) con gente desconocida, hice dedo acá, en Perú, Chile y Bolivia; salí de mi casa sin SUBE, salí de mi casa sin nada en el bolsillo y dormí en casas de desconocidos. Yo confié, confío y seguiré confiando en gente que puede matarme. Y yo seguiré trabajando para que la confianza no sea un riesgo sino una virtud y seguiré andando por el mundo con mi cara de sexodebil, sabiendo que todo puede mejorar.

Ahora sí, hoy voy a contar acerca del tipo más grande que yo que, además de no matarme, quería una novia joven.
Resulta que me encontré con un tipo de cuarenta en Happn, nos cruzamos cerca de lo de unas amiga que viven en Colegiales. Charla va y charla viene, a la semana arreglamos una cita. Me encantaba por fotos, la edad para mi no es problema en lo absoluto y pensé que podía salir algo bueno. Yo iba a cenar a lo de esta pareja (mis amigas son novias) y después él me buscaba por ahí, con la intención de que lo vieran y, si había algún problema, las chicas me ayudaran. Nuevamente, el tipo cae en auto. ¿Por qué no me avisan que caen en auto? en realidad me asusta más de lo que me alivia o me alegra que me caigan en auto sin avisarme. En fin, esta vez no cayó con un familiar sino con auto negro, canchero y con asientos de cuero; el tipo anda de levante pensé.
Pero cuando se bajó a saludarme y abrirme la puerta noto que... el tipo es bajito.
¿Todos los bajitos están en Happn? Creo que sí. Los dos de la misma altura y yo acostumbrada a los tipos más altos. Mentira, yo le llevo unos centímetros.
Decidimos ir a una cervecería cerca de su casa, yo creo que ya estaba jugada, noté que no corría ningún riesgo, pero con la segunda pinta ya no sabía si lo admiraba o no me lo fumaba. Publicista, toca algún instrumento, tercera pinta y dale, vamos a tu casa.
Su casa está bárbara, buenos monitores de estudio, tiene todo armado para laburar desde ahí, buenísimos cuadros y un perro re copado al que sacamos a dar una vuelta a la manzana. Cuando volvemos, encima, me da a elegir entre las bebidas que me gustan a mí. Yo feliz hasta que noto una foto de dos adolescentes. Mis hijos, 14 y 15 años.

Silencio.
En este momento yo tenía 24 (ahora tengo 25)... básicamente les llevaba los años que me lleva mi último ex. Me impactó un poco, porque si bien no es relevante si tienen o no hijos, me llamó la atención la edad de los chicos.
Sin dar detalles (por si acaso me lee algún familiar), en la cama no fue nada de otro mundo.
Una cagada, pensé, podría haber sido un chongo re copado.

Me devolvió a mi casa (intenté convertirme en pizza y no pude) porque no quise quedarme a dormir y los siguientes días intenté tirar bomba de humo. Me quedé medio flasheada, porque el tipo era realmente copado pero también ES muy creído y bueno, decidí que no iba para mucho más.
Claramente para él fue más importante que para mí garcharse a una pendeja y estaba muy emocionado. Yo, en cambio, estaba tramando aventuras por ahí y por allá y no sabía si darle pie por si acaso (muy cruel) o borrame totalmente.

Arranqué con parciales y le dejé de dar pelota. Me mandaba audios cariñosos, (no, no audios hot) me invitaba a cenar, no, no y no.
Le dije que me de aire hasta que cedí y lo invité a comer. Él estaba con los hijos y gracias, paso, tienen más o menos mi edad, no es que son chicos.
Los mensajes seguían llegando, los audios amorosos, empecé a notar que se había ilusionado y mientras menos pelota le daba más el deseaba una pareja joven (o a mí).

Durante una de esas semanas en las que me encanta el callejeo, le comenté que estaba yendo a Antares con una amiga. Él estaba con otro señor (porque encima era más grande pero en ese momento no lo sabía) y me pasó una foto. Virtualmente me pareció muchísimo más potro pero cuando cayeron al bar mi amiga casi se infarta. Mi amiga no sale con chabones, tampoco con minas. Mi amiga no sale y se re calentó porque los tipos querían tomar algo con nosotras, casi se muere de verguenza y yo casi me muero de la indignación por el "engaño".  El amigo de mi happn en persona era bastante menos agraciado que por fotos; me sentí estafada y me re calenté, le dije en la puerta del bar (disimuladamente) que no se juega así y me dio una buena excusa para que entienda que no iba a haber tal cita doble.

Al día siguiente hablamos y me blanqueó que no es que me enamoré pero  más o menos. 
Yo no sabía si quería irme volando, que me trague la tierra o qué pero la verdad es que para mí había sido una decepción total todos sus intentos por conquistarme. Me pareció agobiante, denso y si había algo que a esta altura no quería era dormir con él otra vez. Pobre, la verdad es que creo que la pasó peor él que yo, de hecho pienso que es un copado pero no pegamos. No es la edad ni su profesión ni su altura, creo que olí la desesperación por mostrarme muchísimas cosas que en ese momento no me interesaban.

A partir de ahí empecé a no lanzar bomba de humo e ir de frente: Chico (hombre) happn/Tinder, si no va, no va. Y ahí comencé con mi "no sé vos pero yo no sentí mucha onda, no creo que salgamos nuevamente, besos".



martes, 11 de octubre de 2016

¿Por qué me hice Tinder?

Buen martes!!! Otra vez martes de La grande y capaz esta vez voy. Sola, obvio.


Me dí cuenta de que estoy contando muy a la ligera mis mil y una citas con desconocidos (mis amigas tampoco saben cómo sigo viva) pero en ningún momento, creo, aclaré por qué empecé con esta metodología.
¿Me faltaban chongos? ¿Soy una persona con dificultades para sociabilizar? ¿No salgo nunca y, cuando salgo, nadie me habla? 
No, no y no.
O al menos: creo que no, no y tampoco.

Vamos a ponernos en situación y espero que se lea con tono de relator de carrera de caballos: corría Diciembre 2015, mi entonces novio y yo hacíamos planes para mudarnos juntos a un tres ambientes con nuestros dos gatos. Debía ser tres ambientes para que él, como es músico, tenga su home studio y yo pueda estar mirando tele o estudiando tranquila sin vernos la cara todo el tiempo. Que sí, que no, que dale, vivamos juntos, re lindo proyecto, blah. Miramos deptos. por Chacarita, Colegiales, Villa Crespo, tenía que quedar a mitad de camino de todos nuestros amigos y obligaciones, así que esos tres barrios estaban óptimos para recibirnos.
Se aproximaba Navidad y arreglamos que sus papás se sumaban a pasarla en la casa de mis viejos, todos a la pileta, comida, familia. Para mí estaba buenísimo, significaba un paso (después retrocedí unos casilleros pero estoy aliviada) el hecho de pasar las fiestas con el tipo al que - fuera de mi familia- más amaba y con quien tenía un lindo proyecto. Fue como una semana de alegría total, habíamos encontrado un segundo gatito y decidimos quedárnoslo (apareció debajo de un auto, muy roto, un día de lluvia), yo había empezado a trabajar y estaba re contenta (sigo) y había aprobado las materias que cursé ese cuatrimestre.

Llega el 24, amanezco con él y antes de irme con mi familia me dice que no tiene nada de regalo porque - por tercer Navidad- todo le chupa un huevo y no cree en los regalos. O sea, ni siquiera tuvo el tupé o la decencia de llevarle algo a la novia en el marco de Navidad en la casa de sus suegros. Ni hablar de llevar un vinito al padre de la que se garcha. Soy la menor, la mimada, todos querrían (calculo) que este con alguien que me cuide y mime, medianamente no tan fisura. Bueno, no... a mi ex nunca le importó un sorete el conjunto de fechas importantes para mi, ni cumpleaños, ni aniversarios, ni fiestas, ni aniversarios de muertes ni nada. Claramente sigue sin entender por qué me duele tanto que el 25, después de pelear el 24 (no por el regalo sino por el desgano que venía notando en él), me dejara.
¿Cómo? Sí, me dejó en Navidad. Fui a su casa para arreglarnos después de lo que yo creía una discusión más, ya que  habíamos pasado el día en la pileta de mi casa, con sus viejos, y no, el tipo así suelto de cara, y de ropa, me dejó nomás. Me dijo que no estaba enamorado y que no quería saber nada más, a pesar de estar buscando departamento conmigo, que no le interesaba gastar plata en viajar, que no quería gastar plata en ingresar a un departamento, bla bla bla.
Un regalo de Navidad, dirán algunos, un hijo de puta, dirán otros. Yo oscilo entre las dos apreciaciones y las combino. Fue un regalo liberador y el forro es un hijo de puta, ambas.

Al mes yo estaba mudada (vivo en Palermo, barrio que no tenía en consideración porque a él le parecía muy cheto y careta), con mis dos gatos (ahora están viviendo con sus abuelos en el campo pero en ese momento estaban haciéndome compañía), con muchos amigos cuidándome y chongos velando por mi seguridad.  No voy a ser hipócrita y decir que no sufrí pero estoy más furiosa con la vida ahora que en ese momento. Sinceramente fue un alivio sentir que podía dejar de remar, que podía abandonar un bote en el que estaba sola (aguante la metáfora locooo).

En fin, decidí incursionar en el maravilloso mundo de las citas a ciegas pero al toque me enganché con un uruguayo con el que venía que sí que no hace años. Cuando eso no funcionó me metí de lleno con las apps y a partir de ahí viví una sucesión maravillosa, como dije antes, de citas bizarras y memorables.

Pasé por un tatuador cuyo arte me parece un bajón, por uno que simplemente no fluyó, por un músico drogadicto hermoso pero loco, por un cineasta re chapa, por un nerd estructurado hasta la médula, por un cuarentón que me quería de novia joven y hermosa , por el que no se banco ni una copa de vino en La Cigale (pero "soy músico de rock"), por el de las cenizas del perro y por muchos muchos muchos histeriqueos virtuales que me llevaron a que forme mi opinión acerca de la virtualidad. ¿Cuál es esa opinión? que la virtualidad se convirtió tan rápido en el lugar de comodidad por excelencia de muchísima gente, que es muy dificil lograr que la gente se interese en relacionarse de verdad; la gente que usa las apps que usé yo, en su mayoría, están tan cómodos que desaprendieron el cara a cara. Otro día les cuento acerca de mi primera pija de Tinder. El día que uno logró pasar a Whatsapp y lo primero que me mandó no fue un saludo sino una foto de su pija. Eso es la virtualidad para mí.

Igualmente, aclaro que no solo salí con gente en formato citas a ciegas, también salí con pibes que ya conocía, con chicos que conocí en bares o boliches (ya les contaré acerca del chico cuyo nombre nunca aprendí pero es una pena porque estaba re bueno), gente de la facultad... pero todo eso me llevó a que me sature y esté irritada, en mi etapa más intolerante, conociendo mis límites y conociendo los espacios en los que me gustaría ser un poco más soberana y menos pichona.

Como me considero un poco feminista, no me asusta en lo más mínimo parecer un poco trola con todas mis historias, o confesar que salí con mucha gente; no me asusta porque espero que toda esta catarsis me logre liberar del enojo que hay detrás. Espero canalizar en este espacio mi enojo y liberarme un poco, a ver si puedo volver a estar fresca y luminosa. La explicación de por qué me hice Tinder y Happn no fue graciosa, fue muy real, hubo mucho dolor y mucha evasión de vivir este momento que estoy atravesando ahora.

Tengo y quiero estar sola un tiempo, me necesito.




martes, 4 de octubre de 2016

Happn 2 - Barbie 0

Hola martes! ¿Es martes? sí! pero tampoco voy a salir porque tengo que ir a cambiar un pantalón y pretendo cocinarme algo para hoy y mañana. En realidad no lo voy a cambiar sino a reclamar porque me lo puse y, como aparentemente mis piernas son anchas para el estandar social de talles normales (y el pantalón NO es S sino L!!!!), en cuanto me senté cedió la tela y me quedé en piel. Ni siquiera se rompió la costura, fue la tela.

Hoy vine a contar otra historia alucinante de mis citas de Happn-Tinder. No es que sea solidaria ni nada, sucede que durante un tiempo tuve la ilusión de que la gente normal (como SHO) también usaba esas redes sociales; osé pensar que no era solo para freaks con conflictos para relacionarse en el mundo no-virtual. No tengo problemas en admitir que mis hermanos a veces dicen cosas boludas que yo pienso que son importantes, pero una de esas cosas en particular viene al caso en este momento: mi hermano mayor dijo que los pibes ligaban más porque le daban like a todo... que ahora todo el mundo usa esas redes. Entonces - y solo entonces- habiendo escuchado eso, se activó en mí un gen curioso que me llevó a darle like a uno por simpático, a otro por hot, a otro porque parecía inteligente...etc.
Además, intenté probarme a mi misma que soy capaz de aceptar fácilmente las diferencias y que estoy re off de los prejuicios y estereotipos. Evidentemente algo no salió como lo esperaba y el resultado fue una serie de citas bizarras, de las cuales NINGUNA derivó en un saliente de más de una cita o dos, como mucho. 
 La cita de hoy es acerca de un pibe que me crucé en HAPPN cerca de mi casa. Le vamos a decir Pibe 2 (porque el Pibe 1 es el del posteo anterior) y voy a admitir que los primeros días hablé re entusiasmada porque parecía cool. Trabaja de publicista pero tiene una banda (que por suerte no escuché) y supuestamente toca el bajo. 
Pegamos buena onda, le pasé mi número (nota: pasar siempre facebook para poder verle las fotos, nada de confiar en el destino) y empezamos a charlar, mientras cocinaba cada uno en su casa, saliendo de la facu, un día me llamó a la mañana camino al trabajo (charlamos como diez minutos y me parecía macanudo.), antes de dormir, etc. 
VIERNES DE PRIMERA CITA - Quedamos en que nos encontrábamos para conocernos un viernes después de una cena que tenía él... tipo 23hs. Me iba a pasar a buscar por mi casa y la idea era ir a tomar algo por ahí. Vivo cerca de un polo gastronómico (zona de bares) así que asumí que el plan era ir por ahí.
Bueno, no. Resulta que el tipo me pasó a buscar en auto, pero eso no es todo, no nos conocíamos, así que cuando me dijo "estoy abajo" yo bajé arreglada (debo admitir que fui re diosa) y no había nadie. Salgo y había una camioneta tipo familiar con el chabón adentro, cuando se bajó a abrirme noté que le llevaba una cabeza. Entera, una cabeza entera; encima entendió al toque que tendría que haberme avisado q pasaba en auto, onda, no me subo al auto de cualquiera...
En fin, me preguntó a dónde quería ir y le dije que, ya que andábamos motorizados, fueramos a cualquier lado que no fuera Palermo, podía ser San Telmo, Almagro, podíamos ir a ver alguna banda o alguna muestra... Me preguntó si, en el centro, había algo que me copara y le dije que La Cigale.
No sabía llegar, lo guié, lo ayudé a estacionar y llegamos efectivamente al bar que elegí YO. Nos sentamos en el primer piso, con el vitraux de la mosca multicolor y pedimos un vino (deliberadamente miró y pidió el más barato, por lo menos que disimule, si además pensaba pagar mi mitad!) y él se pidió unas papas fritas. Cinco minutos después de que llegáramos, una banda en el piso de arriba empezó a probar sonido. Yo sentí cómo me recorría la-emoción por la espalda y el pibe empezó a quejarse de que no me escuchaba (hola, flaco, no te estoy hablando, estoy callada un minuto). "No escucho nada, no te esucho, no me gusta este bar" (un rockero que se asusta de La Cigale?! FAIL!)
Empezó a insistirme en irnos de ahí, quería ir a un bar en el que me escuchara porque la música ahí estaba muy alta. A la quinta vez (posta, cinco veces en tiempo record- y no hablo de polvos) me hinché las bolas y le dije, con mi peor mirada y mi peor voz, que si quería salir de ahí lo esperaba abajo. Como ya habían abierto el vino se lo tuvo que llevar abierto, y como ya habían hecho las papas, se las envolvieron recién sacadas del aceite. Así que ahí me encontré con él que, como si nada, ante mi negativa de seguirla en otro bar me tira "vamos a comer esto a mi casa entonces?". JA!
#Asínomevasagarchar... me llevó a mi casa preguntándome una y mil veces por qué le dije que se acababa todo, que no iba a salir otra vez con él.
A ver, repasemos: el chabón que me dice q es músico y publicista Y parece re fachero, en ralidad miente con las fotos y es más bajito que yo; me deja elegir bar, elijo (un poco contenta) uno de mis bares preferidos y solo se aguanta diez minutos porque el volumen de la música está muy alto. Como si fuera poco, me invita a garchar a la casa, como si creyera genuinamente que tenía chances.
A todo esto, en un momento me dijo que me entendía por no querer salir con él otra vez mientras me traía de vuelta a casa, pero seguía preguntándome si no iba a haber segunda cita. Seamos sinceros, yo soy muy pragmática y estoy especialmente intolerante en esta etapa de mi vida, pero semejante pelotudo me superó. Le dije igual varias de las cosas que pensaba y también le dije otras que no las pienso pero que eran re útiles en ese momento... me parece que le hice un favor y la próxima vez capaz llega al telo.
Ese viernes, MI VIERNES terminó bárbaro... unos capítulos con mi amante Netflix y chocolates y unos puchos que me compré cuando me dejó en la esquina de casa.


What is wrong with you people?!

domingo, 2 de octubre de 2016

domingo Dominguero

Domingo de fiaca total. Creo que hacía varios domingos que no estaba tan al pedo, pero igual no suelen ser productivos, solo un poco más activos. Hoy no hice nada más que estar tirada con mis gatos en lo de mis viejos.
Ni siquiera junté ganas para viajar a mi casa, ni siquiera asumí que mañana tengo que despertarme una hora y media antes para llegar a horario al laburo y que, como si fuera poco, curso hasta las 23hs. en Caballito, a una hora de mi departamento.
Todo-todo-todo porque me dio fiaca hacer algo (cualquier cosa) hoy.

Estuve con mis sobrinos ayer, son lo máximo. Son unas personas muy geniales, elocuentes, entienden como nosotros todas las estrategias de comunicación, saben cuándo clavar una risa (falsa) para distender y, en lo personal (egoísta), me conectan con una parte de mí que a veces me trae tantas vergüenzas que la oculto: mi niña interna.
¿En qué momento les agarra la vergüenza por cosas que, hasta ese mismísimo instante de pudor, eran cotidianas? ¿En qué momento los exponemos hasta la humillación con un "dejá de sacarte los mocos" o un "enano te tiraste un pedo vos?" ? Trato de censurarlos lo menos posible, me gustaría que tengan que suprimir la menor cantidad de cosas posibles de sus recuerdos cuando crezcan.
Detesto cuando los padres de niños hablan de ellos como si no estuvieran ahí, escuchando, interiorizando todo lo que se dice de ellos, generalmente cargado de prejuicios (que a su vez ellos asumen como palabra santa y siguen reproduciéndolos??).

Yo era muy tímida de nena, sigo tímida de hecho. Me gusta decir que perdí gran parte de mi vergüenza pero no de mi timidez. Es que aunque no tenga vergüenza a veces me recorre ese frío por la espalda que me indica que estoy expuesta, muy expuesta. Y eso es la timidez para mí. Esa sensación de que me gustaría evitarles a mis sobrinitos.
Quiero que nunca se den cuenta por un comentario malicioso que está mal sacarse los mocos, que está mal tirarse pedos, que está mal preguntar por qué las nenas no mean paradas. Pobrecitos, me gustaría evitarles todas esas vergüenzas de los comentarios tipo "mengano hace tal cosa porque seguro le pasa tal otra", como si no escuchara.
A los 8 o 9 empecé a decirle a mi mamá que dejara de contar mis cosas. Odiaba que le contara a la gente si me peleaba con una compañerita de escuela, si me gustaba o no hacer deporte, si quería o no comer fideos porque tenían queso. Me acuerdo lo poco defendida que me sentía cuando le explicaba a la mamá de mi amiga que no quería ir al club con ellos porque no sabía nadar. De hecho no me enseñó a nadar, ni me motivó a que nade. Y yo no sé nadar, no soy un pez en el agua, soy un gato en el agua (capaz en la vida también pero ese es otro tema)... no era para que me exponga así y eso todavía es un recuerdo que cuando aparece me sigue humillando, porque la mamá de mi amiguita no tenía prurito y se lo contaba a las hijas, que le contaban a las otras nenas y así todas se burlaban o me miraban con pena porque no me animaba a ir al club por el pánico de mojarme los ojos.
Entonces, a los 25, veo a mis sobrinos y no tengo casi influencia en la vida de ellos pero me encantaría, desde mi lugar, ofrecerles la seguridad de que conmigo pueden hacer lo que quieren, ser ellos, no sentirse humillados ni nada. Me gusta salir con ellos y conversar de igual a igual, me gusta preguntarles si las cosas les gustan o no, que sean críticos. Que sepan que si hablan mucho no los voy a mirar mal, que si hablan poco no los voy a obligar a hablar, que si quieren bailar voy a intentar bailar con ellos para que no se sientan solos y ojalá, cuando crezcan, encuentren en mi una tía copada, compañera.
Muchísimas veces pienso, en mi vida, que el vínculo de hermanos es el más fuerte que conocí y que es como si me hubieran obligado a conocer y a socializar. Pero después llegaron los sobrinitos, cuando yo ya tenía 20 y el amor que siento por ellos es, francamente, igual de incondicional que el que siento por mis hermanos, solo que no los quiero cagar a piñas nunca, jajaja.

me cansé
perdón por el faso de la reflexión casi melanco

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