martes, 8 de febrero de 2011

36 días, no lo puedo creer.
Hace dos meses salí de mi casa con mi interior volador en las manos, dejé atrás un estilo de vida y una forma de ser para reinventarme, para aprender.
Y acá estoy, son las nueve de la mañana, estoy por irme a trabajar y tengo pocas ganas, pero atrás de la puteada por laburar acá durante 30 días más, está el bajonazo de tener que dejar ciertas cosas a las que lamentablemente ya estoy habituada.

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