viernes, 2 de octubre de 2009

Viernes sin planes/1

Y bueno, llegamos al fin de semana (en realidad es mañana pero se entiende que empieza la tirada de casas por la ventana los viernes). Semana tranqui, bah... en realidad bastante densa, pero no tan mala. Ayer no fui a la psicóloga, volví directo a casa porque estaban cambiando los pisos (sí, mi mamá concretó ese temita) y F me vino a visitar. Muy buena onda, F es una de esas personas que son reflejos de mí misma, incluso puede completar mis chistes malos a medio hacer, así que me divertí mucho. Lástima que no hice nadaa la tarde, ni las tareas para hoy, ni ordené la habitación (las cosas que ahí estaban las trasladamos a otro cuarto para que puedan trabajar bien los muchacho´)...nada.
Pero... después de cenar puse el culo en la silla (ah no, primero me bañé, pero el orden de los factores no altera el producto!) e hice el tp de Economía (para que, el resto del grupo, después de enterarse de que a pesar de su ausencia de colaboración, el trabajo esta hecho, nos digan, a las únicas que trabajamos: "ah pero había que hacerlo con las fotocopias, está incompleto"; a lo que digo: vayanse a cagar a los yuyos :), no tengo las fotocopias, no tengo cartuchera y no tengo carpetas, al menos 2/4 nos pusimos a hacer el trabajo; ah sí, y ¡ODIO ECONOMÍA!). La ordenada quedó para hoy, para -hace un rato. Mi cuarto con piso flotante queda muy lindo, me encanta; va perfecto con todo lo naranja que tengo en mi habitación; pero acomodarlo como estaba antes no quiero, era un despelote total y como se lo voy a dejar a Kira (así se llama mi visitante), quiero que esté prolijo. Me sobran cosas, y no lo digo haciéndome la rica ni nada por el estilo, yo soy de esas personas que acumulan bártulos. Me cuesta desprenderme de cada pelotudez que se cruza por mi camino. Tengo hasta cartitas que me mandaba con mis compañeritas en 7mo y espero con eso decir todo.
Estoy hecha con madera nostálgica y esta revisión de cosas no es lo mejor que me puede pasar, pero al menos voy entendiendo que tengo que deshacerme de cosas. En casa nadie puede creer que separé la casita de las muñecas (sí, las muñecas rubias, con cintura pronunciada y tetonas ya no son tan felices porque no tienen más sillones, ni baño, ni NADA!) para regalar, hoy se llevaron una parte y mañana pasan a buscar la otra (no, no son demasiadas cosas, pero toda la fiaca para la que se las lleva caminar con eso veinte cuadritas). Aunque parezca mentira, tengo maquillajes, lo descubrí rearmando mi estantería. No me maquillo, intento ser lo más natural posible, como mi mamá, tal vez por eso siempre intentamos tener algo al alcance de la mano por si se presenta la ocasión (salvo que cuando aparece, decimos "somos así, no nos vamos a hacer nada") y tal vez por eso ordené esas cositas en el estante principal, para recordarme que las tengo a la hora de salir de pachanga.
En fin, en el intento de ordenar dejé todo peor... ahora el play room, que va a ser mi habitación durante el mes que acaba de empezar, está lleno de todas las cosas que invadían mi dormitorio, una cagada la verdad, pero al menos mi cuarto está despejado y pintón.
Con lo que respecta al resto del día, me fui a Capital, me retiré antes sin excusa alguna y terminé en el Alto Palermo (no me causan gracia los shoppings, pero mi tarde ameritó una visita a ese) con el correntino y la madre, que dicho sea de paso, me detesta. (En el 60 desculé que si el asiento de ventanilla está vacío, lo prefiero y si tengo que ir en pasillo, sí o sí prefiero en la parte delantera del bondi, todo un descubrimiento) Una muy linda tarde, cargada de recuerdos del viaje de egresados y promesas de esas que se hacen con poco tiempo y muchas ganas.

Y ahora estoy en casa, ya cené (la entrada la empecé a redactar antes de comer) y estoy bastante conmovida por las n.necrológicas de estos tiempos: hace una semana falleció el último de los tres hermanos que conformaban la familia de mi abuela paterna, ayer falleció el tío de mi papá (el padrino) y hoy la madre de una tía muy cercana. La verdad que bajonea, son esas personas que hacen que me lamente por mi edad, no llego a conocerlos, siempre que los veo (o veía, dependiendo del anciano) en las reuniones familiares pienso en cuánto se pierde y enen lo bueno que -estaría llegar a conocerlos, entablar una relación con ellos, e incluso aprender sus vidas. Alguien debería encargarse de escribir, de llevar un registro de los años vividos por cada "grande" de mi familia. Y no hablo de "grande" como adultos, sino como esos personajes que auspician de próceres familiares, porque eso es lo que eran los masculinos que fallecieron.
Pero bueno, a cada uno le llega su hora y tengo que ponerme las pilas, no puedo quejarme por las horas perdidas o por los años de inexistencia.

Por lo pronto, voy a seguir leyendo el libro de turno y, si junto ganas, a empezar a perfeccionar mis cosas para la inquilina. La espero con ansias, va a ser muy divertido ir con alguien a todas partes, aprender idiomas, conocer otra cultura, y para rematar... a mamá se le pasó el malhumor y me dijo "a veces me enojo porque no puedo con las cosas". Listo, lo admitió y eso es suficiente por estos días (todo un progreso).

"No estaba al final, estaba al inicio"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Todo comentario es bienvenido!

Archivo del blog