jueves, 30 de septiembre de 2010

Mati

Generalmente miramos la tele, leemos los diarios y escuchamos a la gente contar noticias terribles, sobre tristeza, muerte, violaciones y, aunque con cierto reparo, decimos que son cosas terribles, que no puede ser, cómo podemos vivir así, y nos hacemos los boludos, agradeciendo por dentro que esta vez no nos tocó a nosotros.
Evitamos la empatía porque el dolor y desamparo posible hacen que las lágrimas se nos escapen, pero a veces no se puede evitar.
Llegué a mi casa, me metí en mi cuenta de Facebook y empecé a ver noticias y comunicados de una marcha por un ex compañero de escuela; estas fichas cuestan en caer, pero cuando caen lo hacen con todo y aunque la persona no haya sido tan allegada, cuesta, todo toca.

Mati era el colgado del colegio, era unos años más chico que yo pero pasaba los recreos con mis compañeros, nos hacía reir... era, como se dice, un personaje, pero no por lo denso, por lo abrumador o por lo absurdo sino que era un pibe genial, tranquilo, su parsimonia hacía reir, sus ocurrencias, pocos comentarios, bien metidos, muchas risas.

En la tele muestran fotos suyas y se me estruja todo. Espero que no quede impune y lo digo de corazón, no con el piloto automático con el que uno suele decir estas cosas a modo consuelo. La muerte de Mati no debe quedar así, no puede convertirse en una más, otra cifra cualquiera, no se lo merece. Claro que nadie se lo merece, pero uno tiene raptos de sensibilidad cuando las cosas tocan más de cerca, por eso el trabajo consiste en no bajar los brazos, nunca.
No nos pueden arrebatar las vidas así, todo se puede desmoronar en dos segundos... lo secuestraron cerca de mi casa, me pudo haber pasado a mí, le pudo haber pasado a mis vecinos. Cualquiera de nosotros pudo haber sido Mati, y más allá del dolor que me provoca el fallecimiento de esta persona en particular, hay algunas cosas en el fondo que antes de que nos percatemos y ocupemos, nos habrán robado a más de un ser querido.

Juventud, despertate, nos estamos matando entre nosotros. Matando física y mentalmente; comencemos por tolerarnos un poco más y entonces empezaremos a ayudarnos.


Esos son los links de los diarios con la noticia. Hagamos algo, no dejemos que la droga, el miedo, la furia, la bronca y el desamor nos mate.




1 comentario:

  1. Cuando escuché de qué lugar era, pensé en vos. Pero también rogué que no lo conocieras. Aunque no fue así.

    Lo lamento. Y sí, por más que no se tenga una relación concisa con ciertas personas, siempre duele cuando cosas como estás nos tocan cerca.

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